El evangelio según san Juan
inicia de la siguiente manera: "ΕΝ ΑΡΧΗ ἦν ὁ λόγος".
Esto lo traduzco así: "En el principio era el logos". Como sabemos la palabra griega logos es de difícil traducción,
pues su riqueza conceptual es tal que ninguna lengua moderna es capaz de traducirla
sin perder algo de su significado. Gracias a las nociones grecolatinas que
tenemos sabemos que logos puede
traducirse, entre otros tantos, por palabra, estudio, razonamiento,
pensamiento, discurso o conversación. ¿Qué quiere decir san Juan
cuando señala que el principio era el logos?
Que Dios es palabra, discurso, pensamiento y todo lo que logos implica. Valga hacer una
aclaración en este momento. Muchos se estarán preguntando por qué estoy citando
el evangelio de san Juan en griego. La razón es sencilla: todo el Nuevo
Testamento está escrito en griego, que era la lengua culta al momento de
redactar los 27 textos que lo conforman, iniciando con el evangelio según san
Mateo hasta el Apocalipsis.
Hecha la aclaración, continúo
con la relevancia del logos. San
Juan nos está diciendo que Dios es Logos,
y que por lo tanto, todo lo que es creado también lo tiene. Inmediatamente
después de lo ya citado, Juan escribió lo siguiente: "καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν, καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος."
La traducción sería: "y el logos estaba
junto a Dios, y el logos era
Dios". Porque Dios es Logos y
el logos es Dios. No es
casual que la primera tarea de Adán sea la de nombrar la realidad, como nos
advierte Génesis 2.20 (appellavitque Adam nominibus suis cuncta animantia
et universa volatiliacaeli et omnes bestias terrae): "Y Adán le puso
nombre a todos los animales y a las aves del cielo y a todas las bestias
terrestres. Aclaro que el Antiguo Testamento no fue escrito en latín, sino en
hebreo, pero cuando éste se incorporó a la tradición católica se tradujo al
lengua romana. Si alguien sabe hebreo les dejo el original del pasaje recién
traducido (וַיִּקְרָ֨א הָֽאָדָ֜ם שֵׁמֹ֗ות לְכָל־הַבְּהֵמָה֙ וּלְעֹ֣וף הַשָּׁמַ֔יִם וּלְכֹ֖ל חַיַּ֣ת הַשָּׂדֶ֑ה וּלְאָדָ֕םלֹֽא־מָצָ֥א עֵ֖זֶר כְּנֶגְדֹּֽו׃). Regreso a
mi análisis. La primera tarea, el primer trabajo de Adán es nombrar la
realidad, es decir, otorgarles un logos para
identificarlos y así saber que el buey es buey y la oveja, oveja. Surge la
distinción y claridad conceptual gracias al logos.
Quiero ahora referirme a la
filosofía griega para comprender mejor esta disquisición sobre la relevancia
del logos en nuestra vida.
El fragmento 123 (DK) de Heráclito dice lo siguiente: "φύσις κρύπτεσθαι
φιλεῖ", es decir, "La naturaleza ama esconderse". ¿Significa
esto que la naturaleza (φύσις) siempre permanece oculta? Claramente no, porque
basta levantar la mirada para percibir los árboles, los animales, las
estrellas, la luna, las nubes, etcétera. Sin embargo, considero que el sentido
de este fragmento de Heráclito es mucho más profundo de lo que a simple vista
puede notarse. ¿Qué es lo que la naturaleza oculta? Su logos. Para Heráclito es el logos lo que articula, rige y le habla al
mundo (cf. B 93 DK). Necesariamente pienso en la palabra griega para
verdad: ἁλήθεια. Siguiendo el análisis etimológico de la propia
palabra, ἁλήθεια se compone del prefijo "a" y el verbo
"lantháno". El prefijo "a" indica privación, mientras que
"lantháno" es estar oculto, con lo que obtenemos una mayor
comprensión de la ἁλήθεια griega. Verdad en griego significa lo
des-oculto, aquéllo a lo que le quitamos el velo, lo que gracias a la
no-oculteidad manifiesta su luz. De modo que la verdad está en todo, pero no
está a la vista. Se halla oculta bajo los velos de la percepción. Su acceso es,
probablemente, el movimiento ontológico y epistemológico más bello.
Hasta aquí se ha visto que
Dios es Logos y el logos está en todo. Además de ello,
el hombre posee logos, que es
nuestra razón. Por ello, si queremos alcanzar la verdad lo que debemos realizar
es desocultar la realidad para llegar a su logos, lo cual hacemos mediante nuestro logos. Así, la fusión entre ambos logos conduce a la inteligencia
humana a la iluminación de la verdad que está en todo. La verdad que es la
respuesta a ¿qué es esto o aquéllo? Lograrlo implica que perfeccionemos nuestro logos para poder vencer los velos.
Necesariamente esto me lleva a hablar de la segunda navegación de la que habla
Platón en Fedón (99c7-d1: δεύτερος πλοῦς).
Esta expresión griega significa de la segunda mejor manera y a lo que se
refiere Platón es a que a que buscar las causas verdaderas de las cosas no por
medio de los sentidos, sino mediante el esfuerzo racional. Es dejar de navegar
con la sola bondad del aire y tomar los remos para guiar al barco hacia donde
realmente queremos. Es dejar de depender exclusivamente de las sensaciones para
escudriñar entre los velos de la realidad y así obtener la verdad. Porque como
escribió Heráclito: "La armonía oculta es superior a la manifiesta"
(B 54 DK: ἁρμονίη ἀφανὴς φανερῆς κρείττων).
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