jueves, 4 de junio de 2015

El logos

El evangelio según san Juan inicia de la siguiente manera: "ΕΝ ΑΡΧΗ ἦν ὁ λόγος". Esto lo traduzco así: "En el principio era el logos". Como sabemos la palabra griega logos es de difícil traducción, pues su riqueza conceptual es tal que ninguna lengua moderna es capaz de traducirla sin perder algo de su significado. Gracias a las nociones grecolatinas que tenemos sabemos que logos puede traducirse, entre otros tantos, por palabra, estudio, razonamiento, pensamiento, discurso o conversación.  ¿Qué quiere decir san Juan cuando señala que el principio era el logos? Que Dios es palabra, discurso, pensamiento y todo lo que logos implica. Valga hacer una aclaración en este momento. Muchos se estarán preguntando por qué estoy citando el evangelio de san Juan en griego. La razón es sencilla: todo el Nuevo Testamento está escrito en griego, que era la lengua culta al momento de redactar los 27 textos que lo conforman, iniciando con el evangelio según san Mateo hasta el Apocalipsis.

Hecha la aclaración, continúo con la relevancia del logos. San Juan nos está diciendo que Dios es Logos, y que por lo tanto, todo lo que es creado también lo tiene. Inmediatamente después de lo ya citado, Juan escribió lo siguiente: "καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόνκαὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος." La traducción sería: "y el logos estaba junto a Dios, y el logos era Dios". Porque Dios es Logos y el logos es Dios. No es casual que la primera tarea de Adán sea la de nombrar la realidad, como nos advierte Génesis 2.20 (appellavitque Adam nominibus suis cuncta animantia et universa volatiliacaeli et omnes bestias terrae): "Y Adán le puso nombre a todos los animales y a las aves del cielo y a todas las bestias terrestres. Aclaro que el Antiguo Testamento no fue escrito en latín, sino en hebreo, pero cuando éste se incorporó a la tradición católica se tradujo al lengua romana. Si alguien sabe hebreo les dejo el original del pasaje recién traducido (וַיִּקְרָ֨א הָֽאָדָ֜ם שֵׁמֹ֗ות לְכָל־הַבְּהֵמָה֙ וּלְעֹ֣וף הַשָּׁמַ֔יִם וּלְכֹ֖ל חַיַּ֣ת הַשָּׂדֶ֑ה וּלְאָדָ֕םלֹֽא־מָצָ֥א עֵ֖זֶר כְּנֶגְדֹּֽו׃). Regreso a mi análisis. La primera tarea, el primer trabajo de Adán es nombrar la realidad, es decir, otorgarles un logos para identificarlos y así saber que el buey es buey y la oveja, oveja. Surge la distinción y claridad conceptual gracias al logos.

Quiero ahora referirme a la filosofía griega para comprender mejor esta disquisición sobre la relevancia del logos en nuestra vida. El fragmento 123 (DK) de Heráclito dice lo siguiente: "φύσις κρύπτεσθαι φιλεῖ", es decir, "La naturaleza ama esconderse". ¿Significa esto que la naturaleza (φύσις) siempre permanece oculta? Claramente no, porque basta levantar la mirada para percibir los árboles, los animales, las estrellas, la luna, las nubes, etcétera. Sin embargo, considero que el sentido de este fragmento de Heráclito es mucho más profundo de lo que a simple vista puede notarse. ¿Qué es lo que la naturaleza oculta? Su logos. Para Heráclito es el logos lo que articula, rige y le habla al mundo (cf. B 93 DK). Necesariamente pienso en la palabra griega para verdad: ἁλήθεια. Siguiendo el análisis etimológico de la propia palabra, ἁλήθεια se compone del prefijo "a" y el verbo "lantháno". El prefijo "a" indica privación, mientras que "lantháno" es estar oculto, con lo que obtenemos una mayor comprensión de la ἁλήθεια griega. Verdad en griego significa lo des-oculto, aquéllo a lo que le quitamos el velo, lo que gracias a la no-oculteidad manifiesta su luz. De modo que la verdad está en todo, pero no está a la vista. Se halla oculta bajo los velos de la percepción. Su acceso es, probablemente, el movimiento ontológico y epistemológico más bello.

Hasta aquí se ha visto que Dios es Logos y el logos está en todo. Además de ello, el hombre posee logos, que es nuestra razón. Por ello, si queremos alcanzar la verdad lo que debemos realizar es desocultar la realidad para llegar a su logos, lo cual hacemos mediante nuestro logos. Así, la fusión entre ambos logos conduce a la inteligencia humana a la iluminación de la verdad que está en todo. La verdad que es la respuesta a ¿qué es esto o aquéllo? Lograrlo implica que perfeccionemos nuestro logos para poder vencer los velos. Necesariamente esto me lleva a hablar de la segunda navegación de la que habla Platón en Fedón (99c7-d1: δεύτερος πλοῦς). Esta expresión griega significa de la segunda mejor manera y a lo que se refiere Platón es a que a que buscar las causas verdaderas de las cosas no por medio de los sentidos, sino mediante el esfuerzo racional. Es dejar de navegar con la sola bondad del aire y tomar los remos para guiar al barco hacia donde realmente queremos. Es dejar de depender exclusivamente de las sensaciones para escudriñar entre los velos de la realidad y así obtener la verdad. Porque como escribió Heráclito: "La armonía oculta es superior a la manifiesta" (B 54 DK: ἁρμονίη ἀφανὴς φανερῆς κρείττων).


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